20 oct 2009

Nepal Nepal

Un mes y medio ha pasado y ya hemos dejado atrás Nepal.

Un buen comienzo para nuestro viaje.

Quedan lejos los meses de preparación, vacunas y demás pormenores para dejar durante un año nuestra vida en Madrid y cambiar de aires con a nuestra espalda.

La llegada a Katmandú fácil, vuelo desde Paris pasando por el calor de Bahrein; aunque la lluvia nos recibió, duró poco y así siguió durante todo el tiempo.

Katmandú y en especial Thamel, la zona turística, es una sucesión de tiendas de ropa de montaña de imitación, puestos de comida, artesanía nepalí y tibetana y restaurantes agradables, todo ello rodeado de un trafico endiablado de motos, taxis bicis y demás

peleando a golpe de claxon por un hueco por donde pasar entre mucha gente y algunas vacas.

Primera semana tranquila, compaginamos la visita de la ciudad y sus alrededores con vida nocturna que empieza y termina pronto -bien para mí- y que esos días estaba un poco más animada gracias al festival anual de Jazz Jazzmandu, un gran descubrimiento que alargó nuestra estancia en Katmandú, y nos permitió disfrutar de buena música en distintos escenarios: Upstairs Jazz Club, jam session con cerveza y momos de queso, Patio del Museo de Patan, fusión de música local y jazz en un antiguo palacio, Hotel Sangri-lan, ambiente elegante durante la última noche del festival, donde conocimos a varios de los músicos del grupo Vatchapuj que esperamos encontrar en Tailandia.

Tras los días de KTM nos dirigimos hacia Pokhara, en la zona del Annapurna,

Para hacer un largo trekking, pero antes tres días de rafting por el Kali Gandaki.

Nos apuntamos a una excursión bien organizada, que auque el 99% es israelí, los "extranjeros" fuimos capaces de llenar una balsa y evitar hablar en hebreo.

Ahí conocemos un simpático londinense, Shez que recorre Asia en solitario tras recuperar en la vista casi milagrosamente.

El rafting por el Kali Gandaqui es fácil pero emocionante y la organización con los guías, cocineros y demás, perfecta; acampamos al la orilla del río dentro del ancho cañón, y disfrutamos a cuerpo de rey de la comida que nos preparan en un organizadísimo campamento. Tras tres días de remar y comer, volvemos a Pokhara.

Pokhara es agradable y tranquila, junto a un lago y con vistas espectaculares de las montañas nevadas, donde nos cebamos de solomillo de buff a la vuelta del rafting en el Himalaya Steak House. Cuando aparecen sitios así donde comer buena carne, hay que disfrutarlos, y más cuando en un par de días salimos hacia la vuelta de los Annapurnas que nos llevará 20 días de andar y menús más sencillos.

Trekking de los Anapurnas

Mochila ligera, sin guía ni porteador desde Besisahar hasta Nayapul, pasando por el lago Tilicho (4990m) y Thorung Pass (5416m). Más de 200 km, ascendiendo poco a poco desde los 800 m hasta más de 5000m, desde el calor, selva y arrozales hasta los bosques de pinos, nieve y glaciares. El paisaje espectacular, y el camino casi siempre fácil, pasando por bonitos pueblos bien preparados para el turismo, pero tranquilos y con pocos extranjeros por el camino. Según se va subiendo vamos encontrando porteadores que llevan a sus espaldas todo lo imaginable: gallinas, huevos, teles, material de construcción, y claro el equipaje de muchos turistas. Gracias a que nos lo tomamos con calma, nos aclimatamos bien a la altitud, y no tenemos problemas para llegar al maravilloso lago Tilicho y atravesar el Thorung la Pass. Por el camino nos vamos encontrando con alguna gente, pero nada excesivo (franceses e israelíes sobre todo) muchos de ellos nos los vamos encontrando una y otra vez, así que al final es casi un ambiente íntimo.

Se va pasando por pueblos, siempre muy pequeños pero se puede disfrutar siempre de las buenas vistas y lo justo para comer y beber, hasta de un cine de bancos de madera en Manang, que ponen y reponen películas de temas de montaña, a nosotros nos toca “Into the Thin Air catástrofe en el Everest, bastante mala y no muy apropiado a dos días de atravesar el Thorung la Pass lleno de nieve!!

La vuelta a Pokhara, bajada, excepto la gran subida a Pon Hill, uno de los pocos sitios desde donde se ve el Annapurna (8091m), el primer 8000 que se consiguió coronar, aunque les costase los pies y las manos al equipo francés de Maurice Herzog; nosotros por suerte, sólo algunas ampollas y perdemos algo de peso.

Otra vez en Pokhara, nos damos cuenta de que tendremos que volver e Katmandú para sacar nuestro visado para India, pero bueno, no nos importa, nos gusta el ambiente de allí y hay mejor conexión para India.

Parque Nacional de Chitwan

Disfrutamos un par de días más de KTM, pero aprovechamos la espera de la gestión de nuestro visado para hacer una vista al parque nacional de Chitwan, al sur.

El parque es muy interesante, cambio radical: unas horas de autobús y ni rastro de las montañas y la nieve: jungla, mosquitos y elefantes!!.

Una caminata por el parque, que impresiona, pues te llevan por jungla cerrada, donde se te pegan las sanguijuelas y se van viendo huellas de tigres, leopardos, rinocerontes, osos y animales menos peligrosos -ciervos, antílopes, monos..-. Por desgracia (o suerte), sólo vemos un rinoceronte al principio desde la barca y algunos cocodrilos en el agua. Aparte del safari a pie, otro casi mas emocionante a lomos de un elefante y luego, a bañarse al río con él, una experiencia única.

Nepal nos deja un muy buen sabor de boca, con su diferencia de paisajes y siempre con buena gente y muchas cosas que hacer y disfrutar.

Ya con nuestro visado de India dejamos Nepal y entramos en India…


No hay comentarios:

Publicar un comentario